Humedad en cimientos: técnicas efectivas de impermeabilización

Humedad en cimientos: técnicas efectivas de impermeabilización

La humedad en cimientos y muros es un enemigo silencioso que puede afectar tanto la estructura de la vivienda como la salud de quienes la habitan. Se manifiesta como manchas, pintura descascarada, revoques abombados y, en casos graves, la degradación del ladrillo o del mortero.

A diferencia de las filtraciones por lluvia o cañerías, este tipo de humedad proviene del subsuelo: el agua sube por capilaridad desde el terreno hacia los muros, cargando sales y contaminantes.

Si bien existen soluciones decorativas como las placas antihumedad, no atacan el problema de raíz. Aquí exploramos técnicas profesionales de impermeabilización, orientadas a obras nuevas y a refacciones.

1. Cómo identificar la humedad ascendente (capilar)

Antes de aplicar cualquier tratamiento, es clave asegurarse de que se trata de humedad de cimientos. Algunos signos característicos:

  • Zonas afectadas a menos de 1 metro del suelo.

  • Pintura hinchada o desprendida en franjas horizontales.

  • Revoques flojos o con salitre (eflorescencias blancas).

  • Olor a encierro o moho persistente.

  • Mayor intensidad en invierno o en muros orientados al sur (en el hemisferio sur).

Para confirmar el diagnóstico, se recomienda medición de humedad con equipos (higrómetro de contacto o de carburo), ya que no toda mancha visible es humedad de cimiento.


2. Prevención en obra nueva: cómo se evita desde el inicio

La solución ideal siempre es prevenir. En construcciones nuevas, se deben seguir estas prácticas:

Barreras horizontales (corte capilar)

Consiste en intercalar una capa impermeable entre la base de los muros y los cimientos. Puede realizarse con:

  • Membranas asfálticas.

  • Lonas de polietileno de alta densidad (HDPE).

  • Láminas de caucho butílico.

  • Morteros hidrófugos colocados en forma horizontal.

Es fundamental que esta barrera esté continua y a nivel de toda la casa.

Aislación vertical de cimientos

Consiste en recubrir la cara externa del cimiento con productos impermeables: pinturas bituminosas, membranas autoadhesivas o mantos cementicios. Esto evita el ingreso lateral del agua desde el suelo.


3. Técnicas correctivas para viviendas ya construidas

En viviendas existentes, donde la humedad ya se ha manifestado, hay tres técnicas principales que pueden aplicarse según el grado del problema y el presupuesto.

a) Inyección de barrera química hidrófuga

Consiste en perforar los muros afectados horizontalmente cada 10–15 cm y aplicar en esos orificios un producto impermeabilizante (generalmente silanos, siliconas o resinas acrílicas).

  • El producto se introduce por presión o por gravedad.

  • Al secar, forma una barrera hidrófuga interna que impide el ascenso capilar.

  • Requiere dejar evaporar la humedad preexistente (puede llevar semanas).

  • Es una técnica limpia, rápida y apta para interior o exterior.

👉 Ideal para casos moderados donde el muro aún mantiene buena estructura.


b) Corte físico del muro (método mecánico)

Implica cortar horizontalmente el muro (por tramos) e insertar una barrera física como una lámina impermeable o perfiles de acero inoxidable.

  • Es una solución definitiva y altamente efectiva.

  • Requiere mano de obra especializada.

  • Tiene riesgos estructurales si no se hace con criterios técnicos (por eso se hace por tramos).

  • Inviable en muros portantes muy antiguos o con ladrillos degradados.

👉 Se reserva para reformas profundas o restauraciones patrimoniales bien planificadas.


c) Aplicación de revoques impermeables en exteriores

Una alternativa parcial es revisar y proteger los muros desde el exterior con materiales específicos:

  • Revoques cementicios con aditivos hidrófugos.

  • Pinturas impermeables transpirables.

  • Membranas líquidas para zócalos exteriores.

Si bien no eliminan la humedad interna, pueden detener el ingreso de más agua o humedad que ingresa lateralmente y proteger el muro desde el exterior. No son soluciones definitivas, pero sí válidas para paliar síntomas leves o mejorar estéticamente.


4. Consideraciones técnicas al reparar un muro afectado

Antes de aplicar cualquier técnica, se recomienda:

  • Retirar todo el revoque dañado hasta el ladrillo sano.

  • Permitir el secado natural del muro, lo que puede demorar semanas.

  • No cerrar la pared prematuramente con revoques plásticos o pinturas impermeables que atrapan humedad.

  • Rehacer el revoque con morteros hidrófugos transpirables, agregando aditivos tipo estearato de calcio o silicatos.

Una vez que el muro está seco, se pueden aplicar pinturas minerales o siliconadas que permiten el paso del vapor sin dejar ingresar agua.


5. Mantenimiento y monitoreo

Aunque el tratamiento sea correcto, es clave mantener:

  • Desagües exteriores despejados: el agua acumulada junto a los cimientos favorece el ascenso capilar.

  • Revisión anual de canaletas, bajadas pluviales y drenajes.

  • Sellado de fisuras o juntas de piso-muro para evitar filtraciones por lluvia.

Si el problema reaparece, debe reevaluarse el sistema, ya que podría tratarse de un nuevo ingreso lateral o una falla en la técnica aplicada.


Conclusión: atacar el origen, no el síntoma

La humedad de cimientos es una patología seria que requiere soluciones técnicas reales. Aplicar revestimientos decorativos sin resolver el origen solo retrasa el problema y puede agravarlo.

La clave está en diagnosticar correctamente, elegir la técnica adecuada y aplicarla con criterio profesional. Así, se puede devolver salud, confort y valor a una vivienda sin recurrir a soluciones cosméticas que no resisten el paso del tiempo.

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