5 claves antes de empezar una remodelación en casa

5 claves antes de empezar una remodelación en casa

Antes de romper una pared o elegir revestimientos, es crucial tener un plan claro. Estas claves te ayudarán a evitar errores comunes, optimizar tu presupuesto y lograr una obra exitosa.


Emprender una remodelación puede ser una experiencia transformadora, pero también un desafío. Ya sea que se trate de renovar una cocina, ampliar un baño o actualizar todos los ambientes de una vivienda, cada decisión impacta en el resultado final. Y aunque las ganas de empezar sean muchas, detenerse a planificar y entender bien el proceso puede marcar la diferencia entre una obra fluida y un dolor de cabeza.

Estas cinco claves son esenciales para quienes están por dar el primer paso. Aplican tanto a casas como departamentos, a ambientes sencillos como a proyectos complejos. Sirven tanto para quienes harán la obra por su cuenta como para quienes contratarán profesionales.


1. Definí con claridad qué querés cambiar (y por qué)

El primer paso no es demoler, sino preguntarse: ¿qué problema quiero resolver? ¿Busco más luz natural? ¿Me falta espacio? ¿Quiero modernizar lo que ya tengo?

Muchas remodelaciones fracasan porque no responden a una necesidad concreta. Es clave identificar el motivo central y, a partir de ahí, plantear objetivos realistas. Si la cocina actual es funcional pero visualmente desactualizada, puede alcanzarse un gran cambio con una intervención estética sin necesidad de reubicar cañerías o modificar estructuras.

Anotar tus prioridades te ayudará a filtrar opciones y decidir qué vale la pena conservar, qué debe cambiarse y qué puede esperar.


2. Establecé un presupuesto… y un margen para imprevistos

El presupuesto es mucho más que un número. Es una herramienta para tomar decisiones estratégicas: qué materiales usar, cuántos metros intervenir, a qué profesionales contratar.

Una práctica recomendada es dividir el presupuesto en rubros (mano de obra, materiales, artefactos, mobiliario, etc.) y establecer un tope para cada uno. También es fundamental prever entre un 10% y un 20% adicional para imprevistos. Es común que, al levantar pisos o abrir muros, aparezcan problemas ocultos (humedades, filtraciones, cañerías antiguas), y contar con un margen financiero evitará paralizar la obra.


3. Considerá la logística: tiempos, permisos y convivencia

Muchas veces se subestima el impacto de una obra en la vida cotidiana. Incluso una pequeña remodelación puede generar ruido, polvo, cortes de agua o electricidad. Si vivís en el lugar mientras se hace la reforma, será fundamental planificar cómo convivir con la obra o considerar mudarse temporalmente.

En edificios o PH, también es clave prever los permisos de obra, informar al consorcio, respetar los horarios habilitados y coordinar con proveedores el ingreso de materiales.

Además, pensar el orden de las tareas puede optimizar recursos: no tiene sentido pintar una pared antes de terminar la instalación eléctrica o de gas.


4. Elegí con criterio a los profesionales (y pedí referencias)

Una obra puede tener un gran diseño, pero si la ejecución no es buena, el resultado no será el esperado. Por eso es fundamental contratar a personas con experiencia comprobable. Pedí referencias, mirá trabajos anteriores, evaluá si escuchan tus ideas y si son claros con los tiempos y costos.

No siempre lo más barato es lo más conveniente. Una mano de obra económica pero inexperta puede generar retrabajos que terminan costando el doble. A veces es preferible reducir el alcance de la obra o hacerlo en etapas, pero asegurarse de contar con personal capacitado y confiable.

También es recomendable que el profesional entregue por escrito un presupuesto detallado, con tareas, materiales incluidos, plazos y formas de pago. Esto evitará malentendidos.


5. No subestimes el poder del detalle y la planificación previa

Una remodelación bien pensada empieza mucho antes de que llegue el primer albañil. Elegir materiales, definir medidas, prever dónde irán los enchufes, qué tipo de grifería usarás o cómo abrirán las puertas de los muebles: todo eso se define en la etapa previa.

Hoy existen múltiples herramientas digitales para simular espacios, visualizar colores o testear distribuciones. Usarlas permite anticipar decisiones y evitar arrepentimientos.

Además, pensar los detalles desde el inicio permite detectar interferencias: por ejemplo, si vas a colocar un horno empotrado, necesitás asegurarte de que haya ventilación, alimentación eléctrica o a gas y espacio suficiente para abrirlo cómodamente.


Una obra exitosa no se improvisa

Cada casa es única y cada reforma tiene sus particularidades. Pero lo que todas las remodelaciones exitosas tienen en común es la planificación. La improvisación en obra suele salir cara, y las decisiones apuradas pueden afectar la calidad del resultado.

Dedicar tiempo a pensar, consultar y armar un plan sólido no solo mejora el proceso: también potencia la satisfacción con el resultado final. Porque remodelar no es solo cambiar un ambiente, es mejorar la forma en que habitamos cada rincón.

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