Cómo impermeabilizar techos y terrazas

Grietas, filtraciones y humedad pueden evitarse si se actúa a tiempo. Esta guía práctica te enseña cómo impermeabilizar correctamente techos y terrazas para proteger tu vivienda antes de la temporada de lluvias y frío.
Pocas cosas generan tantos problemas (y gastos) en una vivienda como una filtración de agua mal resuelta. Techos y terrazas expuestos al clima requieren mantenimiento periódico, especialmente antes del invierno. Una buena impermeabilización no solo evita goteras: previene la aparición de hongos, deterioro de materiales y daños estructurales.
En esta nota te ofrecemos una guía clara para preparar techos y terrazas, evaluar su estado y elegir el sistema de impermeabilización más adecuado.
1. ¿Cuándo es el mejor momento para impermeabilizar?
La impermeabilización debe hacerse antes de que comiencen las lluvias y en una época de clima seco, idealmente en otoño temprano o fines del verano.
¿Por qué? Porque los productos necesitan temperaturas templadas y superficies secas para adherirse bien. Además, si se detectan fisuras o pendientes mal resueltas, se cuenta con tiempo para repararlas.
2. Diagnóstico: ¿cómo saber si hay problemas?
Antes de aplicar cualquier producto, revisá en detalle la superficie:
-
¿Hay grietas visibles?
-
¿Se acumula agua en ciertas zonas (charcos)?
-
¿Hay manchas de humedad en cielorrasos o paredes interiores?
-
¿Se notan hongos, eflorescencias o pintura inflada?
Si notás cualquiera de estos síntomas, no es suficiente aplicar una pintura impermeabilizante: habrá que reparar previamente.
3. Tipos de superficies: no todo se trata igual
No es lo mismo impermeabilizar una losa de hormigón que una terraza transitable con cerámicos, o un techo con membrana asfáltica antigua. Según el tipo de superficie, las soluciones pueden variar:
-
Losa de hormigón descubierta: puede recibir pintura impermeabilizante acrílica o poliuretánica.
-
Techo con membrana deteriorada: hay que retirarla o aplicar una nueva por encima, dependiendo del estado.
-
Terraza con cerámicos: si hay filtraciones, conviene usar impermeabilizantes líquidos transparentes (tipo poliuretano) o rehacer carpetas con aislación incluida.
-
Cubiertas verdes o inclinadas: requieren sistemas específicos con varias capas y drenajes.
4. ¿Qué productos se usan para impermeabilizar?
Pinturas acrílicas impermeables
Fáciles de aplicar. Requieren superficie limpia y seca. Se aplican en varias manos con rodillo o pincel. Buena opción para losas planas.
Membranas líquidas (poliuretánicas o asfálticas)
De mayor duración y elasticidad. Apto para zonas con movimiento estructural o juntas. Algunas forman una película elástica sin necesidad de refuerzos adicionales.
Membranas con aluminio o geotextil
Se colocan con soplete o adhesivos en frío. Ofrecen buena resistencia y reflexión del calor solar. Exigen mano de obra especializada.
Cintas selladoras y selladores flexibles
Ideales para encuentros entre muros y techos, bajadas pluviales o grietas puntuales.
5. Pasos esenciales para una impermeabilización efectiva
-
Limpieza a fondo: eliminá polvo, hongos, grasa o restos de productos viejos.
-
Reparación previa: sellá grietas con materiales elásticos compatibles.
-
Preparación de base: si hace falta, aplicá imprimadores o selladores previos.
-
Aplicación por capas: seguí al pie de la letra las indicaciones del producto, respetando cantidad y tiempo de secado entre manos.
-
Control de pendientes y drenajes: verificá que el agua no se acumule. De ser necesario, modificá la pendiente o mejorá la evacuación.
6. ¿Puedo hacerlo yo mismo? ¿O necesito un profesional?
Si el trabajo es menor y tenés algo de experiencia, podés encarar una impermeabilización básica por tu cuenta. Pero si hay grietas importantes, pendientes mal hechas o filtraciones ya visibles, lo ideal es contar con un profesional.
Una mala aplicación puede generar una falsa sensación de protección, y el agua, tarde o temprano, encontrará el punto débil.
7. Mantenimiento: lo que nadie te dice
Una buena impermeabilización no es eterna. La mayoría de los productos tiene una vida útil de 5 a 10 años, dependiendo del clima, orientación y exposición.
Por eso, se recomienda revisar techos y terrazas al menos una vez al año, sobre todo al terminar el verano. Detectar a tiempo un problema menor evita grandes gastos.
Conclusión: proteger antes que reparar
Invertir en impermeabilización antes del invierno no es un lujo, es una necesidad. Es una de las mejores formas de cuidar tu casa, tu confort y tu bolsillo. Y si se hace con criterio, puede también mejorar la estética de terrazas, patios y techos transitables.
Una superficie seca, limpia y bien protegida no solo previene filtraciones: aporta tranquilidad.